Con esta oleada de nuevas construcciones, el mundo de las propiedades turísticas experimentó en el 2005 un total de 240 mil millones de dólares (mdd). Y más aún, expertos de la Organización Mundial de Turismo (OMT) indican que esta cifra podría fácilmente duplicarse hacia el 2010, debido a la jubilación de los baby boomers en Estados Unidos, y otros grupos de la misma edad de Canadá y la Unión Europea.
Ya sea con campos de golf, marinas, spa, centros comerciales, amenidades, hoteles, desarrollos y escenarios envidiables como playas en el Pacífico y Mar Caribe, estos cuatro destinos nacionales recibirán por este concepto un promedio de 5 mil mdd.
Así, pueden verse zonas de descanso consolidadas como Los Cabos o un Cancún que resurge con un nuevo rostro, tras el paso del huracán Wilma, donde el desarrollo residencial sobresale por el número de proyectos que en ellos se construyen actualmente.
La firma Softec estima que apenas el año pasado, se vendieron al menos 6 mil 600 unidades con un promedio de 100 mil dólares, lo que dejó un negocio de transacciones por más de 6 mil millones de dólares.
Las muestras donde se consolidaron estas compras tienen varios botones. Puerto Peñasco, Sonora, incrementó en tres años su plusvalía en 953 por ciento. A lo largo de 20 kilómetros de su playa existen más de 30 proyectos que han dejado 2 mil 615 unidades entregadas y 3 mil 600 más en construcción.
Otro caso es el complejo residencial Litibú en Punta Mita, vendido a través de Fonatur en 45 días en un 90 por ciento, con un valor promedio de 250 dólares por metro cuadrado.
Fuera de esta dinámica, hay también otros ejemplos. Uno de los que más ha llamado la atención es sin duda Campeche donde el grupo español Mall que inyecta 450 mdd en el desarrollo de 308 hectáreas con frente al mar.
El grupo regiomontano Domos, en su caso, invierte 45 mdd en edificar la segunda fase de Villa Turística Manatí, frente a Chetumal.
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